Funermostra entrevista a Alfredo Gosálvez, secretario general de PANASEF tres meses después de que comenzara la crisis sanitaria del Covid-19. En ella, Gosalvez reflexiona sobre la respuesta del sector funerario y los cambios que este sufrirá en consecuencia a este crisis.
¿Cómo resumiría en unas palabras la respuesta que ha dado el sector a la crisis sanitaria del covid-19?
Elegiría dos palabras para definir la respuesta del sector: excepcional y valiente. Excepcional y sin precedentes ha sido la situación, con unos incrementos tan trágicos como exponenciales en los números de fallecimientos, y también la respuesta. Como último eslabón de la cadena sanitaria, nos ha correspondido la difícil tarea de gestionar la crisis y se ha hecho de forma muy eficaz dadas las circunstancias que todos conocemos.
Algunos medios de comunicación y el resto de sectores sanitarios han definido correctamente la situación como “de guerra”. Y esto nos lleva a la respuesta responsable y valiente de todos los profesionales y empresas que integran el sector funerario. Todos ellos han estado en primera línea frente al virus, cumpliendo con un servicio esencial, ineludible y frecuentemente invisible, y es de justicia poner en valor su labor.
¿Cree que los medios de comunicación han informado de forma justa sobre el sector? ¿Cree que la sociedad ha hecho justicia con todos los profesionales?
Los medios de comunicación en general han sido respetuosos con el sector funerario y con la labor que han realizado sus trabajadores. Siempre hay algún medio que se queda con la anécdota, que busca solo la confrontación, pero en general han mantenido una actitud de respeto y comprensión hacia nuestra labor.
No olvidemos que este sector es parte de la cadena sanitaria. Los aplausos desde los balcones para los sanitarios incluyen también a los funerarios, aunque es cierto que a veces ni la propia sociedad se dé cuenta.
¿Qué tres conclusiones sacaría de la situación vivida durante la crisis del Covid-19 en el sector?
En primer lugar, la importancia del duelo. Ésta es, quizá, la lección aprendida más dolorosa. El necesario distanciamiento social trajo consigo el cierre al público de las instalaciones funerarias donde tradicionalmente nos despedimos de nuestros seres queridos. Perdimos los lugares y los momentos donde les homenajeamos y recordamos, siempre acompañados. El rasgo más doloroso de esta enfermedad ha sido que, además de llevarse a tantos seres queridos, nos ha privado de la posibilidad de despedirlos como se merecen. También de aquellos que han fallecido por causas ajenas a la enfermedad. Esta enfermedad nos ha recordado la importancia de nuestro sector y su función.
Por otro lado, destacaría la importancia de la coordinación con las administraciones públicas. En esta crisis hemos tenido que trabajar codo con codo con actores externos municipales, autonómicos, nacionales, la UME… y soy de los que piensan que hay que revisar y mejorar estos procesos de comunicación y coordinación. En ocasiones no siempre nos hemos sentido escuchados o partícipes, cuando este es nuestro campo, nuestra experiencia.
Por último, la comunicación a la sociedad, transmitir mejor nuestro papel esencial en la misma. Este papel queda evidenciado en una situación como la de esta pandemia, pero es igual de vital en un contexto de normalidad. A veces parecemos un sector invisible, muy silencioso, pero somos mucho más que un lugar físico o un servicio de entierro o incineración. Somos el sector que gestiona la última etapa de la vida de las personas y la despedida a sus seres queridos a familiares y amigos. Acompañar a las familias durante su proceso de duelo, facilitárselo, es la razón de ser de nuestras empresas de servicios funerarios de todo el país y de los trabajadores que las integran.
¿Qué cree que cambiará en el sector después de todo lo vivido?
De cara al sector, tendremos un tiempo en el medio plazo de adaptación, con nuevas medidas, protocolos de seguridad, higiene y prevención más rigurosos, etc. Lo principal es asegurar la vuelta de los familiares a los tanatorios y velatorios para garantizar su derecho al duelo. Que sepan que todos los operadores funerarios están tomando las medidas necesarias para que vuelvan a rendir homenaje a sus seres queridos con la máxima seguridad. De hecho, acabamos de aprobar una nueva Especificación UNE disponible para todo el sector, con el fin de generar esa seguridad y confianza. En el largo plazo estas medidas perdurarán algún tiempo, junto a la sana precaución de la sociedad, incluso cuando ya tengamos una vacuna y el virus parezca remitir.
Por otro lado, deberemos trabajar más en la comunicación de cara a la sociedad, y hacerlo mejor. Explicar nuestro papel, que estamos aquí para acompañar a las familias y despedir a los fallecidos con ellas. Que también estaremos aquí cuando haya situaciones difíciles, como lo hemos estado en estas circunstancias. Por otro lado, esperamos que las administraciones públicas mejoren su coordinación para con nosotros.
¿Cree que volverán los memoriales? ¿Cómo serán?
La posibilidad de despedirse debidamente de nuestros seres queridos es clave para una adecuada gestión del duelo después de un fallecimiento. Es un momento de transición psicológica, necesario para asumir la despedida, y que pasamos acompañados de familiares, amigos y allegados. No imaginamos un mundo sin ellos. Somos un ser social, y esto queda aún más patente con la necesidad de estar acompañados durante la despedida de nuestros seres querido.
Fuente: Funermostra